El Coaching ontológico trae a nuestros procesos de aprendizaje la totalidad de la experiencia humana, a través de reunir los aspectos interiores con los exteriores de nuestra realidad. Nos permite jugar con una pluralidad de perspectivas, para aproximarnos a la complejidad infinita de la realidad. Eso requiere, por parte del coach, un profundo cuidado, una escucha cariñosa, y un deseo auténtico de servir.
Hoy cuando enfrentamos la inmensidad de nuestra crisis: ecológica, energética, financiera, de salud, política, etc; nos comenzamos a dar cuenta que es momento de reunir aquello que alguna vez dividimos (espíritu y materia, el ser y el mundo, mente y cuerpo, conciencia e inconciencia), de manera de traer de vuelta el alma al centro de nuestro aprendizaje. Una nueva historia es necesaria, y el coaching ontológico es la práctica que hemos desarrollado para explorar esta unión entre lo interno y lo externo, para traer de vuelta la unidad y la completitud al aprendizaje.
El Coaching ontológico no es facilitar el crecimiento por el sólo hecho de crecer, no es estar al servicio de lograr “siempre más” que nos ha mantenido atrapados por siglos. Es un proceso que nos enseña a reconocer nuevamente lo sagrado de la naturaleza, para estar en "consonancia" con ella, y a llenarnos de gratitud por el infinito misterio y belleza que nos rodea. Un proceso que nos permite reconstruir las interpretaciones que sostenemos del mundo, de nosotros mismos y de los otros, y así, posibilita que -entre todos- comencemos a tejer un nuevo relato de nuestro con-vivir.
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